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divendres, 29 d’abril del 2011

atención, prostitutas



El alcalde de Mogliano, en la provincia italiana de Treviso, ha decidido acabar con un problema de seguridad vial que se da en su zona y que se puede extrapolar a algún que otro lugar más de la geografía mundial. El máximo responsable municipal ha emplazado señales explícitas para advertir a los conductores del peligro que supone distraerse mirando a las personas que ejercen la prostitución cerca de la calzada.

Confieso que el tema no me ha sorprendido, a pesar de que seguramente la noticia correrá de redacción en redacción bajo un epígrafe como "Curiosidades del Mundo”, y digo que no me ha sorprendido porque es un asunto que me llama la atención desde siempre. No, no me refiero a la prostitución en sí, que ese no es tema para tratar aquí, sino de la incidencia de la prostitución callejera en la seguridad de los usuarios de la vía.
Desde que tengo permiso de conducir, he tenido ocasión de transitar diariamente por decenas de carreteras con prostitutas apostadas en los arcenes y esperando a que alguien se preste a entablar relaciones comerciales con ellas. Entre tanto eso no sucede, no es raro observar cómo más de un conductor da un frenazo al pasar ante las chicas para luego acelerar de nuevo y perderse en la lejanía. No juzgo este comportamiento, simplemente cuento lo que veo con muchísima frecuencia y lo asocio al más que evidente peligro de colisión por alcance que esta forma de proceder conlleva.
Claramente el conductor es el máximo responsable de estar por la labor cuando se halla al volante, de manera que es suya la responsabilidad de cuanto pueda ocurrir si se descuida por mirar donde no toca. Sin embargo, tenemos sobre la mesa el ejemplo de un alcalde que piensa que desde las instituciones también se puede hacer algo al respecto… aunque la iniciativa no es del todo novedosa.
Hago un paralelismo con un doloroso episodio que sucedió en la Barcelona de finales del siglo pasado. En 1997, un conductor atropelló mortalmente a una niña de 13 años e hirió gravemente a otros dos menores. Aunque él declaró que se había distraído mirando por el retrovisor y por eso se subió a la acera con el resultado ya descrito, lo que trascendió a la sociedad fue la tesis del juez que procedió al levantamiento del cadáver de la niña: el conductor podría haberse distraído mirando un enorme anuncio de lencería femenina situado en un establecimiento próximo.
Total, que el escándalo que se montó fue mayúsculo; tanto, que el anuncio fue tapado y el entonces alcalde de la ciudad, Joan Clos, anunció que se revisaría la normativa de vallas publicitarias en Barcelona para evitar que sucesos así volvieran a tener lugar. El triste suceso de los niños atropellados por un conductor despistado duró muchos días en los medios de comunicación y dio para más de un debate, quizá porque de alguna manera muchas personas se sintieron tocadas no sólo por la historia, sino porque se evidenciaba de forma pública y notoria el peligro de la distracción al volante, que en definitiva es el principal factor de riesgo inherente al conductor tipo de nuestro país.
No sé en qué quedó la anunciada revisión de las vallas, pero sí sé que, ya sean anuncios de papel o anuncios de carne y hueso, hoy por hoy el conductor cuenta con tal cantidad de estímulos ajenos a la conducción que es más necesaria que nunca su convicción de que, por encima de todo, lo que debe primar es lo que acontece entre calzadas, aceras, vehículos, peatones… el entorno viario, vaya.
Y quitando esa convicción sincera, todas las iniciativas que salgan de los despachos, aunque se formulen con la mejor de las intenciones, a la práctica no serán mucho más que parches tardíos y carne de noticiarios. Para más señas, que se lo pregunten a los ciudadanos de Mogliano durante los próximos días, que seguramente tendrán tema de conversación para rato.


Vía
Daily Mail


diumenge, 24 d’abril del 2011

feliz domingo de Resurrección.



Va por ellos, gentes que cuando rezan, aman, y amando dotan de luz los rincones más sombríos



Dios y sus cosas, o más bien las cosas de aquellos que creen en Dios. En días como hoy, y más allá de gozar del tiempo festivo robado a la agenda, siempre recalo en la idea de la trascendencia divina. Y no tanto como una interrogación personal, porque hace años que descarté llenar con respuestas prefabricadas mis preguntas más hirientes. Prefiero militar en la duda, esa duda que aterriza en los miedos y en las soledades y que no da opción a ningún bálsamo. Ciertamente, como he escrito en alguna otra ocasión, creer en Dios significa vivir y morir más acompañado. No es mi caso, porque, aunque me esforzara en aceptar algún tipo de dogma, siempre sabría que me estoy haciendo trampas al solitario. Los habitantes de la duda permanente nos llevamos mal con la fe y con sus intangibles. Pero con independencia de la actitud personal hacia el concepto de Dios, estos días me parecen especialmente bellos para los que gozan de una fe sincera. Gentes que han construido grandes edificios de buenas acciones, porque creer los ha hecho más nobles y más humanos. Gentes que cuando rezan, aman, y amando dan algo de luz a los rincones sombríos del mundo. Va para ellos este artículo, cuya incapacidad para entender a Dios no lo inutiliza para entender a los creyentes. Hace tiempo leí una reflexión de Bertrand Russell que me pareció sublime: “Si Dios existe, no será tan vanidoso como para castigar a quienes no creen en él”. Toda idea de la trascendencia espiritual reconvertida en tortura, dolor, infierno y cualquier sentido de culpa me parece tan tortuosa como incomprensible.
No puedo entender de ningún modo ese tipo de fe que concibe un Dios castigador y punitivo, sin otra piedad que la exigencia de su dominio. Y reconozco que no me gusta la exhibición de martirio de los pasos de Semana Santa, quizás porque prefiero el Dios que renace el domingo que el que muere el viernes. La vida sobre la muerte. Pero con el Dios de las monjas de mi infancia, que enseñaba a amar al prójimo y dibujaba con renglones caritativos las líneas de la vida, con ese Dios me tuteo sin creer. Porque es la fuente de inspiración de gentes extraordinarias. Va por todos ellos. Los que creen en los dioses de la vida y no en los de la muerte. Los que aprenden a entender a los demás, cuando aprenden a creer. Los que buscan respuestas sin imponer dogmas.

Los que conciben sus creencias como una fuente de tolerancia. Los que ayudan a su prójimo porque lo conciben como su hermano. Los que gracias a Dios encuentran tiempo para construirse interiormente. Los que buscan dotar de trascendencia su paso por el mundo. Los que entienden que creer en Dios es creer en la ciencia. Los que tienen respuestas pero siguen haciéndose preguntas. Los que rezan porque aman. Para todos ellos, los creyentes del Dios del amor, feliz domingo de Resurrección.
pilar rahola, la vanguardia.

dimecres, 20 d’abril del 2011

sobre la lengua materna.




El cerebro tiene, al nacer, los circuitos duros genéticamente programados, capaces de grabar en ellos cualquier idioma. Y es la lengua de los padres la que reconstruye, transforma y modela esos circuitos en un proceso lento a través de la física y de la química, la anatomía y la fisiología. Tan lento es este proceso, que la primera palabra no aparece antes del año o año y medio, un año más tarde aparecen ya palabras sueltas y solo después aparecen las frases. En esos años tempranos se captan y aprenden matices sensoriales y emocionales que son transferidos con las palabras de un determinado idioma como no lo serán en ningún otro que se aprenda después. Y es este idioma temprano el que cala más profundo en el cerebro y con el que el niño, definitivamente, dibujará el mundo y sus gentes. Ningún otro idioma será plenamente equivalente. Y es con este instrumento que el niño dibuja, nombrándolo y sin esfuerzo, el mundo y lo diferencia de otros mundos, lo que incluye matices de las cosas, sucesos y persona. Con el idioma más genuino, aquel que se escucha tras el nacimiento, se expresa la intimidad de manera diferenciada y única. Por esto un idioma unifica emocionalmente a las gentes pero también, y al mismo tiempo, las desune. Es un bisturí que corta emocionalmente y aun cognitivamente lo que es ajeno y diferente.



Y es por todo esto que la sintonía emocional sutil que proporcionan las palabras de un determinado lenguaje jamás puede ser traducida fidedignamente de un idioma a otro. Que se lo digan a poetas y escritores. La lengua genuinamente materna es el instrumento que definitivamente expresará y describirá el mundo más íntimo. Un chino, un árabe o un esquimal no procesan la información del mundo ni la expresan con su idioma de la misma manera que cualquier otro ser humano con una lengua diferente y distante. Se puede pensar que lenguas muy próximas como lo pueda ser el italiano o el gallego, el castellano o el catalán produzcan más proximidad ha estos matices que he señalado, pero desde luego este no es el caso para el idioma de los esquimales, el chino o el árabe. De hecho, hay estudios que muestran claramente que el idioma que se habla afecta a la percepción humana. Y es así, por ejemplo con la percepción de los colores no es la misma para un esquimal (sea yuit, yupí o inuit) que para un europeo. Los esquimales tienen veintidós palabras diferentes para designar el color blanco. No es lo mismo el blanco de la piel del oso que el blanco de la nieve, o el blanco de la nieve durante una tormenta. Para designarlos utilizan palabras distintas. El europeo sólo es capaz de distinguir un color o, como mucho, añadir matices al blanco, que es el único color que ve. Añadido a ello, en el lenguaje materno, existe una diferencia de matices emocionales que están profundamente anclados y transformados en tejido cerebral en estos primeros años tras el nacimiento. Y aun siendo auténticamente bilingüe, cuando desde el nacimiento se haya oído hablar en el seno familiar dos lenguas distintas, sigue existiendo una con un color emocional más profundo y sutil, quizá es idioma de la madre, reforzado por el de la calle y de todos los días.


tomado de Internet.la ciencia del cerebro doctor francisco mora.

divendres, 15 d’abril del 2011

¿Dinner for one?,

Uno no siempre tiene que escribir cosas sobre la política, las tristezas y las enfermedades de uno u otro. Hoy si lo deseais vamos a reir un rato. Bueno por lo menos yo me he reido, pienso que es una  joya del humor inglés.

En Alemania, cada Nochevieja desde 1963, ponen en la televisión alemana ¿Dinner for One? (también titulado The 90th Birthday en inglés, o Der 90. Geburtstag (en alemán). Un sketch de humor británico producido por la cadena de televisión Norddeutscher Rundfunk (NDR).
Este sketch, que se retransmite en inglés desde hace 46 años el último día del año, se ha convertido en una película de culto.
¿Dinner for one?, protagonizado por los actores británicos Freddie Frinton y May Warden, se desarrolla durante una cena, que como cada año, se celebra con motivo del cumpleaños de una anciana de la alta sociedad inglesa llamada Miss Sophie. La cena es servida, como siempre, por el viejo mayordomo James.
Cada año, Miss Sophie suele invitar para celebrar su cumpleaños a sus amigos más cercanos: el señor Pommeroy, el señor Winterbottom, Sir Toby y el almirante von Schneider. El problema es que, con los años, estos amigos han ido muriendo y sólo quedan Miss Sophie y su mayordomo. Pero el fiel James sirve la cena del 90 cumpleaños de Miss Sophie como si los invitados estuvieran aún vivos.
Durante la cena con cada plato se pronuncia un estribillo, que se ha convertido en mítico en Alemania:
James: The same procedure as last year, Miss Sophie? (¿El mismo procedimiento del año pasado, señorita Sophie?).
Miss Sophie: The same procedure as every year, James! (¡El mismo procedimiento de todos los años, James!).
Con cada plato, James sirve jerez, vino blanco, champán y oporto a Miss Daisy y a sus cuatro amigos. A la hora de brindar, el mayordomo hace el papel de cada uno de los invitados y va vaciando las copas de los cuatro. Cuando llega el postre, ya está totalmente ebrio.
La interpretación del mayordomo (Freddie Frinton), es genial desde el principio al final, in crescendo. Una joya.

DISFRÚTALA.
(Si sabes inglés y/o francés, mejor. Y si no, no pasa nada. Lo entenderás igual).




dinner for one, vostfr, très drôle !! por asilis93

dijous, 14 d’abril del 2011

80è aniversari de la República Catalana



Proclamació de la República Catalana
14 d’abril de 1931


Catalans:
Interpretant el sentiment i els anhels del poble que ens acaba de donar el seu sufragi, proclamo la República Catalana com a Estat integrant de la Federació ibèrica.
D'acord amb el President de la República Federal Espanyola, senyor Niceto Alcalá Zamora, amb el qual hem ratificat els acords presos en el pacte de Sant Sebastià, em faig càrrec provisionalment de les funcions de President del Govern de Catalunya, esperant que el poble espanyol i el català expressaran quina és en aquests moments llur voluntat.
En fer aquesta proclamació, amb el cor obert a totes les esperances, ens conjurem i demanem a tots els ciutadans de Catalunya que es conjurin amb nosaltres per a fer-la prevaler pels mitjans que siguin, encara que calgués arribar al sacrifici de la pròpia vida.
Tot aquell, doncs, que pertorbi l'ordre de la naixent República Catalana, serà considerat com un agent provocador i com un traïdor a la Pàtria.
Esperem que tots sabreu fer-vos dignes de la llibertat que ens hem donat i de la justícia que, amb l'ajut de tots, anem a establir. Ens apoiem sobre coses immortals com són els drets dels homes i dels pobles i, morint i tot si calgués, no podem perdre.
En proclamar la nostra República, fem arribar la nostra veu a tots el pobles d'Espanya i del món, demanant-los que espiritualment estiguin al nostre costat i enfront de la monarquia borbònica que hem abatut, i els oferim aportar-los tot el nostre esforç i tota l'emoció del nostre poble renaixent per afermar la pau internacional.
Per Catalunya, pels altres pobles germans d'Espanya, per la fraternitat de tots els homes i de tots els pobles, Catalans, sapigueu fer-vos dignes de Catalunya.


Barcelona, 14 d'abril de 1931.
El President
FRANCESC MACIÀ

castellano

Proclamación de la República Catalana

14 de abril de 1931
Catalanes:
Interpretando el sentimiento y los anhelos del pueblo que nos acaba de dar su sufragio, proclamo la República Catalana como Estado integrante de la Federación ibérica.
De acuerdo con el Presidente de la República Federal Española, señor Niceto Alcalá Zamora, con el que hemos ratificado los acuerdos tomados en el pacto de San Sebastián, me hago cargo provisionalmente de las funciones de Presidente del Gobierno de Cataluña, esperando que el pueblo español y el catalán expresarán cuál es en estos momentos su voluntad.
Al hacer esta proclamación, con el corazón abierto a todas las esperanzas, nos conjuramos y pedimos a todos los ciudadanos de Cataluña que se conjuren con nosotros para hacerla prevalecer por los medios que sean, incluso si fuera necesario el sacrificio de la propia vida .
Todo aquel, pues, que perturbe el orden de la naciente República Catalana, será considerado como un agente provocador y un traidor a la Patria.
Esperamos que todos sabréis haceros dignos de la libertad que nos hemos dado y de la justicia que, con la ayuda de todos, vamos a establecer. Nos apoyamos sobre cosas inmortales como son los derechos de los hombres y los pueblos y, muriendo y todo si fuera necesario, no podemos perder.
En proclamar nuestra República, hacemos llegar nuestra voz a todos los pueblos de España y del mundo, pidiéndoles que espiritualmente estén a nuestro lado y frente a la monarquía borbónica que hemos abatido, y les ofrecemos aportarlos todo nuestro esfuerzo y toda la emoción de nuestro pueblo renaciente para asegurar la paz internacional.
Para Cataluña, los otros pueblos hermanos de España, por la fraternidad de todos los hombres y de todos los pueblos, Catalanes, sabed haceros dignos de Cataluña.


Barcelona, ​​14 de abril de 1931.
El President

FRANCESC MACIÀ

dimarts, 12 d’abril del 2011

"¿Recortar quirófanos...?¿Y por qué no coches oficiales?"



  En los últimos 22 años, más de 70.000 ciudadanos de este país se han beneficiado de un trasplante de órganos y, si a la cifra le añadimos los receptores de tejidos y células, llegan a sumar 300.000: cerca del uno por ciento de la población.Eran noticia y son milagro cotidiano.
Ni un segundo más

Incluso cuando los recortes presupuestarios son imprescindibles hay que saber ver la línea roja: es la que pasa entre la vida o la muerte. Y está en la Sanidad. Los profesionales a los que debemos nuestro gran éxito mundial, los trasplantes de órganos, me recuerdan que sólo son posibles gracias a la gratuidad y por tanto a la solidaridad de todos. Y apuntan que hay muchos coches oficiales, dietas, viajes y gastos suntuarios de los políticos -¡aumentemos su productividad!- que se pueden recortar antes de hacer esperar a un enfermo en una lista y antes de que un niño -temen que sucederá tras las elecciones- tenga que sufrir un solo segundo de más por el trasplante que necesita.

En el que somos el referente mundial. ¿Cómo lo hemos conseguido? Pericia médica, madurez ciudadana y una organización compleja y eficaz. Fíjese en el trasplante de cara: sólo se han hecho 14 en la historia y ya los hemos sistematizado como si se hubieran hecho toda la vida.
¿Somos más generosos donando?
Somos los mejores –y la Sanidad catalana fue y es pionera y ejemplar– organizando: aviones, helicópteros, ambulancias y profesionales de altísima cualificación contra reloj. Por eso hacemos más trasplantes –y con más éxito– que ningún otro país. Más que Suecia o Finlandia, por ejemplo, donde tienen más donantes potenciales.
¿Cuál es el secreto?
Precisamente esa organización eficaz. Donas un órgano porque sabes que el sistema funciona y es justo, y que –rico o pobre– tendrás idénticas posibilidades de obtener un órgano –tú o los tuyos– cuando lo necesites.
Por eso en EE.UU. no funcionan igual.
Porque cuando la Sanidad no es gratuita, no es buena –ni para pobres ni para ricos– y la prueba son los trasplantes. Uno de riñón cuesta unos 50.000 euros: si sólo pudiera beneficiarse de él quien puede pagarlo, los pobres no los donarían, porque sabrían que ellos no podrían permitirse ser trasplantados y, al final, también los ricos se quedarían sin donaciones.
¿Y si hay menos accidentes de tráfico?
Es que ya hay menos, y por eso hoy sólo el 5 por ciento de los órganos proviene de accidentes. Los trasplantes han cambiado como nuestra sociedad. Por ejemplo, cuando empezamos, excluíamos del programa a mayores de 50 por mayor riesgo. Hoy trasplantamos a receptores de 80 y más.
Envejezco más tranquilo al saberlo.
Y hemos incorporado a los inmigrantes al sistema mejor que ningún otro país : precisamente porque saben que nuestro sistema de donaciones es justo y eficaz.
¿No se niegan a donar por religión?
Aquí se han integrado. Tenemos un 11 por ciento de inmigrantes en el censo y un 9 por ciento de las donaciones ya las hacen ellos. Francia, el Reino Unido o Alemania, en cambio, no han logrado que sus inmigrantes donen sus órganos.
¿No teme un recorte presupuestario?
Lo temo, y más tras las elecciones locales. Y sería un error, porque veamos: convendrá conmigo en que dejar morir a alguien por falta de un órgano no es una opción en un país como este, que no es tercermundista.
Absolutamente.
Y cuando tienes insuficiencia renal: o haces diálisis o recibes un trasplante o te mueres.
¿Y con otros órganos pasa igual?
Lo mismo. Pero analicemos los costes y el posible recorte en los trasplantes de riñón, que son los más habituales: una diálisis cuesta 40.000 euros al año y un trasplante, 50.000, pero, al segundo año, el coste del trasplantado cae a 5.000 o 6.000...
Está claro que la diálisis es más cara.
Pero la tentación del político ineficaz es cerrar quirófanos y alargar listas de espera: así consigue un ahorro de entrada ese ejercicio, pero, al cabo de dos o tres años, acaba derrochando nuestro dinero.
Si no son intervenciones urgentes...
Deberíamos considerar quién considera urgente o no una intervención. ¿Sabe el coste de tener a un ciudadano en su casa esperando una intervención “secundaria” de rodilla? Pero es que, además, la cirugía ahorra dinero público. Si no hubiéramos trasplantado riñones, por ejemplo, ahora tendríamos 20.000 pacientes más en diálisis.
Y eso sería carísimo.
Representaría más del doble de lo que cuestan todos los trasplantes que hacemos en España al año. Incluso los de cara, que son costosos –175.000 euros–, no lo son tanto si pensamos en la alternativa, que podrían ser una decena o más de operaciones sucesivas.
Sin citar el ahorro en sufrimiento.
Hablo sólo de las cifras: ahorrar en quirófanos es un derroche, aunque inmediatamente después del tijeretazo parezca un ahorro.
Pocos políticos piensan a largo plazo.
¡Qué me va a decir! En mis 22 años dirigiendo la Organización Nacional de Trasplantes (ONT) he tratado con once ministros e incontables consejeros de Sanidad...
¿Y qué ha aprendido?
Lo que hemos demostrado en este país con los trasplantes. Nuestra Sanidad necesita un gobierno clínico: de técnicos que, además, sepan de gestión, y no de meros políticos o contables que meten la tijera y luego envían al ministro de Sanidad a aguantar el chaparrón. En realidad, el ministro de Sanidad acaba siendo el de Economía.
Sobre el papel... ¡es tan fácil recortar!
¿Y cerrar quirófanos, alargar listas de espera es el único ahorro posible?
¿Se le ocurren otros?
Yo sufro especialmente cuando veo a un niño en una lista de espera por un órgano.
Todos sufrimos al verlo.
¿No podrían los políticos recortar más en otras partidas? ¿De verdad necesitamos todos sus coches oficiales; asesores; todas esas embajadas y viajes y gastos suntuarios y de representación?
via LA VANGUARDIA



dimecres, 6 d’abril del 2011

Y yo que me indigno estúpidamente.

Cada vez que bajo a Barcelona para ir al hospital, paso por delante de una tienda que cada dos días es el día de la oferta. Es la típica tienda que venden todo tipo de cosas. O sea, una tienda estilo la que tienen las personas venidas de China. Un día es la oferta de la bombilla, y al cabo de dos días el día del pote de plástico más unas sandalias. (por ejemplo). Cada día hay cola, pero una cola que ocupa la acera. A veces hay cola antes de abrir...

Paso por allí, a veces como puedo, y miro aquella gente que se apila y espera pacientemente para conseguir su oferta del día.
Y me indigno. Y la verdad es que no se a ciencia cierta, porque me indigno.
Y hoy lo he sabido.
Una mujer le ha dicho a otra, -sin salir de la cola-.
-Por favor, me quieres dejar pasar?. Tengo prisa para entrar a trabajar. Pero tengo que comprar los vasos.
Si, hoy he sabido con qué facilidad nos creamos nuevas necesidades. Era esto lo que me indignaba.
De verdad señora que era tan urgente comprar aquellos vasos de plástico, por muy baratos que sean?
Señora mía: es así como nos llenamos de banalidades.
Y yo que me indigno estúpidamente.

fotos de internet

diumenge, 3 d’abril del 2011

yo, que soy un poco zoquete ....


"El Ilustrísimo y Reverendísimo Sr. Arzobispo de Oviedo, Monseñor Sanz, se ha descolgado ayer con que las ONG’s son una especie de paniaguados modernos que viven de la sopa boba y que dilapidan las importantes cantidades que el Estado, osease nosotros los contribuyentes, les entregamos para que alivien situaciones de necesidad a lo largo y ancho del mundo.Vamos para que practiquen la solidaridad aunque a ellos les vaya más lo de la caridad que es virtud teologal.

¿Todas? Bueno, todas no. De la quema se salvan Cáritas, Manos Unidas y Ayuda a la Iglesia Necesitada, entidades que como todo el mundo sabe dependen, curiosamente, de la entidad en la que este ciudadano manda bastante.
Uno, que es un poco zoquete todo hay que decirlo, se pregunta como es posible que a estas alturas todavía no se ponga cotos a este tipo de estupideces por el expeditivo camino de cortar por lo sano, es decir dejar que la iglesia católica, apostólica y romana (y todas las organizaciones que de ella dependen) se financie con las aportaciones de sus fieles, de los suyos que como parecen ser muchos y sacrificados seguramente aportarían lo necesario y suficiente para el cumplimiento de sus fines terrenales. Los otros se supone que no tienen coste.
Uno, que es un poco zoquete, conoce a muchos médicos que desinteresadamente ejercen de médicos durante sus vacaciones y fuera de nuestras fronteras. (estos descartados) Otras que se ofrecen sin cobrar ni robar para esta horrenda ONG que va a favor de los derechos humanos.(estas descartadas) O aquellas personas que no son de la cuerda de ustedes que reparten comida todos los dias para la gente necesitada, y sin que a ellos les sobre nada, quiero decir que tal como están las cosas, en cualquier momento pueden ser ellos los que estén en la cola.(estos descartados) Pero claro, como estas y muchas más no las ha creado dios...pues nada, a la puta calle. Si el Estado destinara los miles de millones que se van por el desagüe de la católica confesión (culto, ONG’s, enseñanza y demás historias) es posible que nuestros pensamientos, parados y educandos tendrían algún dinerillo extra para vivir un pelín mejor e incluso algunos, sí me imagino que algunos serán socios de este club celestial, podrían aportar un poco más a las necesidades de SU iglesia.


Salud, buen día y buena suerte

Trampa de foc (I) de Núria Martí Constans

     Els primers anys del segle XX van ser anys d’avenços, creixement i revolució.   En aquell món dinàmic, les dones hi van tenir un paper ...